MÉXICO.- El ex presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció la muerte de 30 personas debido a la represión que se vive en su país. "En Bolivia están matando a mis hermanos", "esto es un genocidio", agregó.
Dijo también que durante su gobierno las fuerzas armadas contaban con un solo helicóptero y cuando dejó la presidencia los dejó con 25, pero que nunca pensó que el ejército fuera a usar todos el armamento que se les proporcionó para reprimir al pueblo.
Hubo en el país "un golpe cívico político judical", insistió. Llamó a organismos internacionales a intervenir en un diálogo para pacificar al país y culpó al "gobierno de facto" por la muerte "de sus hermanos". Evo volvió a decir que en Bolivia se ejerció un golpe de Estado y acusó a la presidente interina del país, Jeanine Áñez, por la crisis que se vive.
Acusó a sus adversarios de no respetar la Constitución y de no ser "sinceros con el pueblo" y que si hay manifestaciones es porque el pueblo sabe que se cometió un fraude, pero no por parte de él.
"Mi pecado es ser indígena, mi pecado es ser cocalero", dijo el ex presidente, al asegurar que lo ha dado todo por la patria y que así lo seguirá haciendo. Volvió a culpar a sus ex adversarios políticos de "incendiar las casas de los bolivianos", afines a él. Morales dijo que dejó una Bolivia en desarrollo e hizo un llamado a los jóvenes a ser humildes y a los militares a no reprimir al pueblo y dijo que si quieren quemar casas, que lo hagan con la de él y no la de los bolivianos.
Al termino de su reunión, agradeció a todos sus seguidores por el apoyo recibido y les aseguró que nunca robó nada y llamó a todos sus detractores a presentar pruebas de los supuestos robos.
mmr