MONTERREY.- Al drama que viven tras la muerte de sus familiares, la esposa y la hermana de los albañiles que fueron baleados por policías de Fuerza Civil enfrentan un nuevo calvario: el exigir justicia y atención por parte de las autoridades estatales.
Juana Santiago Margarito, hermana de uno de los fallecidos y de dos heridos, solicitó que el Ministerio Público le tome la declaración para que se integre a la carpeta de investigación que inició la Fiscalía.
"Pues yo estoy aquí para pedir justicia, justicia por mis hermanos porque pues fueron tres a los que balearon, uno de ellos murió, mi hermano menor que es Gregorio Santiago Margarito y me duele porque en estos momentos a él ahorita lo han de estar sepultando, sí me duele no estará allá con mi familia, con mi mamá".
Dijo que acudió al edificio de la Policía Ministerial en la avenida Gonzalitos para interponer una denuncia, pero no le tomaron la declaración ni a ella ni a un testigo.
"Nosotros queramos levantar una denuncia, pero nos comentaron que como ya hay una carpeta de investigación ya no se puede hacer una denuncia que está recabando información, verdad".
Por su parte, Elena Reyes Guevara, señaló que aún con la incertidumbre del estado de salud de su esposo, quien se mantiene grave en ese mismo hospital, también le preocupa la cuenta de los gastos que sigue aumentando.
"El domingo en la mañana él todavía estaba inconsciente, me dijeron que ya iba en 80 mil pesos, pero luego reaccionó y me dijeron que le iban a empezar a realizar las operaciones y pues ahorita me imagino que va mucho, ya le hicieron varias operaciones y aún le siguen haciendo".
Si bien la atención médica no se ha condicionado, la no atención de las autoridades les causa incertidumbre de quién correrá con los gastos.
"Yo tuve que dejar a mis niños para venir a atenderlo e informarme y hasta el momento no lo he podido ver".
Jaime Santiago Margarito, de 38 años, recibió varios impactos de bala y resultó con diversas fracturas, mientras que Venancio Santiago Margarito, de 28 años, se mantiene bajo respiración artificial pues una bala le perforó el cuello, dañando una arteria y fracturando la laringe; ambos se mantienen en el Hospital Universitario.
Ambos son originarios de La Huasteca Potosina y hasta antes de la pandemia se desempeñaban como guía de turistas en el Sótano de las Golondrinas, pero viajaron a Monterrey en búsqueda de un mejor futuro para sus familias.
mvls