En honor a las personas desaparecidas y no identificadas del estado de Jalisco, el 2 de noviembre se realizó una misa adelante del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.
Durante la ceremonia cinco mujeres tocaron la guitarra, mientras se contó con la presencia de los familiares de las personas desaparecidas. Cada uno de los reunidos tenía una fotografía de las personas que continúan perdidas, pegadas en el pecho.
Las personas que rezaron por los desaparecidos, mantuvieron la esperanza de que algún día sean encontrados y que los difuntos regresen a la vida durante el Día de Muertos.
A un costado de donde la gente se reunió, se encontraban los altares con imágenes de quienes siguen desaparecidos, sin embargo, no se precisa si siguen vivos o no.
Además de que el altar funcionó para conmemorar a las víctimas de desapariciones, también se exige la justicia y paz para los familiares de los desaparecidos. Las familias continúan denunciando la insuficiencia de resultados para la búsqueda de personas.
Una de las personas afectadas es Verónica, quien comentó que su hijo había desaparecido luego de que un comando armado entrara a su casa y lo golpeara para después llevárselo en una camioneta. La madre asume que este secuestro se realizó porque defendió a su primo de un problema.
La misa llegó a su fin luego de que se compartieron tostadas y agua de jamaica. Los familiares se despidieron con un abrazo. Finalmente se persignaron frente al altar, esperando que las autoridades realicen acciones necesarias para encontrar a las víctimas.
AA