Durango, Dgo. Fernando Martínez es de los pocos fotógrafos de naturaleza en Durango. Es un amante del paisaje y del momento, porque se debe de conocer las condiciones del clima, la radiación solar y la humedad para que sea una foto perfecta.
Martínez asegura que su vocación por la imagen le viene de años, y que en su juventud fue un hobbie caro, pero al final, forma parte de su dinámica de vida, pues en estos momentos, es Director de Turismo de aventura a nivel Estatal y los parajes son parte de su vida habitual.
“No se trata de ser un artista ni nada. Pero sí el estar en los diferentes lugares, en la sierra, en el campo, en el desierto, en los valles, ves la gran belleza que hay en nuestro estado. Y hay ganas de tomar la fotografía. Empecé a querer la sierra porque desde mi abuelo y mi padre maderero. Trabajé mucho tiempo en la sierra con mi padre haciendo extracciones forestales y caminos. Y el amor a la naturaleza, muy de campo y de acampar y cosas de esas. El que siempre ha sido amigo de fotografía es Walter Bishop o Jorge Salum”.
Dijo que cada fotografía implica buscar el momento adecuado para ser tomada, porque importa incluso la velocidad de viento, aunque en la placa, sea un tema que no se perciba, pero que incide de manera preponderante.
Y no solamente hace fotografía de naturaleza, sino que el deporte es importante, y el automovilismo es uno de sus temas favoritos.
La luminosidad de Durango tanto en el día como en la noche es distinta en varios lugares.
“Es muy chistoso que, en ciertas zonas, los atardeceres o anocheceres, son muy diferentes a otras. Y obviamente en las noches, tengo entendidas que se miden. Y Durango hay zonas que son distintas a otras partes de México, por eso, las vías lácteas se ven impresionantes. Y las estrellas parece que se te caen encima”.