MONTERREY.- En la tristeza o felicidad, María Guadalupe Treviño sabe a quién recurrir.
Nunca sola. Siempre fuerte y con la esperanza viva a cada paso hacia la Morenita del Tepeyac.
Su nombre es en honor a la Virgen de Guadalupe a quien su mamá encomendó por un embarazo de alto riesgo.
Ha obrado en ella, y en sus seres queridos en momentos donde la oscuridad ha estado presente.
Uno de los Lupitos más amados en la vida, es uno de sus hermanos quien se adelantó en el camino hace algún tiempo.
Pero en la familia, existe al menos una decena que lleva con orgullo el nombre de Guadalupe.
Contar con el apoyo de la Virgen Morena le ha dado paz y muchas alegrías tanto a ella como a sus dos hijos quienes no dudan que los milagros existen.
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