CIUDAD DE MÉXICO.- La gasolina que se robaba en la policía de la Ciudad de México dejó pérdidas estimadas de 365 millones de pesos y se vendía en algunos casos a taxis y operadores de Uber.
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De acuerdo con Jesús Orta, secretario de Seguridad Ciudadana, los 34 supervisores encargados de verificar la carga de combustible en las estaciones de servicio ya fueron despedidos y se dará vista a asuntos internos así como a la Procuraduría capitalina para que se haga una investigación y se ubique a los responsables del robo.
“El dinero que entrega ese consumidor, taxista o Uber, se reparte entre quien suministra la gasolina y quien está cargando la patrulla”, dijo.
Detalló que este esquema de robo se realizaba con patrullas que tienen un “tag” con el cual se activa la bomba de gasolina. De esta manera, se solicitaba cargar la mitad de lo requerido y el resto se vendía a los operadores de transporte.
Otra forma de robo era a través de tarjetas de vales de gasolina. En este caso, se solicitaba cargar el tanque con la mitad o el 35 por ciento del dinero y el resto se repartía en efectivo entre los involucrados.
En ambos casos, las estaciones de gasolina facturaban el 100 por ciento de lo gastado aún cuando el combustible no se suministraba a las patrullas.
Este miércoles se ordenó reducir el 30 por ciento de gasolina a los vehículos de la policía tras detectar una red de huachicoleo digital o robo de combustible en la corporación, en acuerdo con estaciones de servicio.
Orta aseguró que este recorte de combustible no incluye a los servicios de emergencia como las ambulancias del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM).
JM