Guanajuato ocupa el deshonroso tercer lugar en deserción escolar, esto de acuerdo a información del último estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2020 que refiere que los niños y niñas de entre seis y 14 años no acuden a la escuela primaria y secundaria.
Los resultados del estudio realizado a lo larde de los últimos cinco años; se dio a conocer este martes y el mismo Chiapas y a Michoacán ocupan el primero y segundo lugar, respectivamente. Para el investigador, Saúl Arellano, del Pued-UNAM, la entidad tiene décadas de un rezago social y estos resultados sólo reflejan una brutal realidad que se ha vivido durante las últimas 3 décadas, en todo el estado.
Explicó que específicamente Guanajuato, es uno de los estados con menor cobertura en educación superior y tiene los peores indicadores a nivel nacional en cobertura media superior y aún con todos los telebachilleratos y universidades tecnológicas que existe, no se ha logrado avanzar en el abatimiento del rezago educativo.
Considero la entidad es un claro ejemplo del fracaso de las políticas públicas y educativas, donde queda claro que no se garantiza el derecho que todos los menores de Guanajuato tienen como lo dicta el Artículo tercero constitucional: educación universal, laica y gratuita, de calidad y pertinencia para todas las niñas, niños y adolescentes.
En cuanto a los discursos políticos y gubernamentales que argumentan que Guanajuato está avanzado en educación, dijo que son: puras mentiras y que los datos los desmienten.
Comentó además que las universidades en el estado también están fracasando y puso como ejemplo de la Universidad de Guanajuato (UG), de la que dijo sus rectorías van de “malas a mediocres” y calificó que en este periodo tiene a uno de los peores rectores que ha tenido la institución en su historia.
Aseguró que todos los indicadores de rendimiento y de posicionamiento universitario, hablan de este enorme fracaso de esta universidad que es silente ante las violaciones de derechos humanos, a la marginación y a la pobreza que se tiene en la entidad, pues la universidad debe ser una institución crítica.