SANTA CATARINA.- El daño al medio ambiente y sobre todo a la salud de miles de ciudadanos es inegable.
En Santa Catarina, los habitantes de al menos 3 colonias conviven a diario con el vecino incómodo: las pedreras, en donde el permiso para nuevos desarrollos de vivienda es una posibilidad ante la reducción de límites para áreas protegidas decretada por el actual gobierno estatal, a solo unos días de concluir su administración.
La contaminación de esta industria forma parte del día a día para quienes viven en Real de Santa Catarina.
Desde este punto, basta con voltear hacia atrás para apreciar las emisiones que regularmente se desprenden al amanecer y cubren de polvo los domicilios.
En Privadas del Parque, la situación es similar.
A menos de un kilómetro, se localiza una pedrera que a través del tiempo les ha ocasionado daños de todo tipo. Además de un aire perjudicial, también ha sido causa de deterioro estructural.
Pese a esta realidad, otros asentamientos humanos podrán instalarse aún más cercanos a las pedreras; un último regalo de la gestión de Jaime Rodríguez.
mvls