MONTERREY.- Luego de operar por 76 años, el Penal de Topo Chico, fundado en 1943, fue cerrado el pasado 1 de octubre, dejando a su paso múltiples episodios de violencia y autogobierno, muchos de ellos imborrables para la sociedad neolonesa.
Semanas después, durante la última jornada de visitas ciudadanas al penal, se realizó un concierto de música evangélica, donde se congregaron varias iglesias.
Óscar estuvo preso por casi 6 años, acercarse a dios fue su salvación en medio de la oscuridad del calabozo.
“Yo estuve aquí casi 6 años del 2004 al 2009, fue una experiencia fuerte, pero nos fortalecimos al conocer a dios, no nos tocó pasar muchas cosas que vivieron otros internos porque gracias a dios salimos antes de que se emperezara a mover la maldad”, declaró.
Aunque la prisión le hizo perderlo todo, pudo salir a delante, y ahora, se dedica a predicar en las prisiones estatales y contar su experiencia en el Topo Chico.
Este 15 de diciembre terminaron las visitas guiadas en el ex centro penitenciario, donde 18 mil 286 personas acudieron a los recorridos.
El centro penitenciario se convertirá en la Plaza Libertad, que tendrá un museo y el Archivo General del Estado.
mvls