MONTERREY.- Nació donde nacen la mayoría de los huracanes del Atlántico, frente a las Costas de Cabo Verde en Sudáfrica, en el mismo lugar donde 101 años antes había surgido el evento natural más devastador de Monterrey hasta entonces, la gran inundación de 1909.
Apenas arrancaba la segunda mitad del 2010 y ‘Alex’, el huracán no pasó a la historia por su magnitud, apenas categoría dos de una máxima de cinco. Sorprendió por su dimensión: su gigantesca espiral de 900 kilómetros de diámetro que fue capaz de cubrir todo el Golfo de México.
Y fue precisamente su descomunal tamaño el que generó un incesante torrente de lluvia que se prolongó por dos días y medio sobre Nuevo León, donde provocó daños que superaron los 17 mil millones de pesos y cobró quince vidas.
Con un potencial destructivo mucho mayor que el huracán ‘Gilberto’ ocurrido en 1988, la información oportuna y la construcción de un muro contenedor en el Cañón de la Huasteca, conocido como Presa Rompepicos, soportó el diluvio que descargó montañas arriba y evitó, según sus promotores, que Monterrey tuviera una catástrofe parecida a la de 1909, en la que hubo cinco mil muertos, y donde fue arrasada una gran parte de lo que hoy es la colonia Independencia.
Pero las malas infraestructuras urbanas saltaron a la vista: largos tramos, el par vial de las avenidas Constitución y Morones Prieto fueron carcomidas por las fuerzas de las aguas del río Santa Catarina. Otro río, La Silla, se salió el curso que fue obligado a tomar y continuó por el camino que le había mandado la naturaleza y el resultado: cientos de casas fueron inundadas y miles de vehículos quedaron apilados como popotes en zanjas y escurrideros pluviales.
A diez años del ‘Alex’, se corrigieron algunas vialidades y fueron limitados los sentidos de circulación de las avenidas paralelas al Santa Catarina, y sobre lo que era un lecho polvoso convertido en estacionamiento, mercados, pistas de carrera y hasta campos de golf, recuperó el respeto que se le debía y hoy es un glamoroso bosque urbano, sobre el que serpentea, como lo dicta la naturaleza, el curso de las aguas de lluvia, o de drenajes industriales que se cuelan constantemente.
‘Alex’ abrió la segunda mitad del 2010 como una gran calamidad. Diez años más tarde, estamos cerrando el primer semestre del 2020 con eventos que han cambiado la historia de la humanidad. ¿Qué pudiera depararnos el destino en lo que queda de este año?
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