Con 35 semanas de embarazo, María “N” presentó síntomas de preeclampsia, es decir, presión arterial elevada, por lo que acudió a la Unidad de Medicina Familiar (UMF) No. 57, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en Irapuato, Guanajuato, y al ser evaluada por personal institucional, se determinó que era necesario referirla al Hospital General de Zona (HGZ) No. 2, ya que requería atención de especialista.
Al ingresar, y luego de la revisión detallada por parte de diversos especialistas, encontraron que, además del padecimiento de María “N”, que ameritaba practicarle cesárea, su bebé presentaba un defecto llamado gastrosquisis, al tener sus pequeños intestinos expuestos, condiciones que ponían en riesgo la vida de ambos. Un equipo multidisciplinario del nosocomio dio seguimiento al caso y resolvió realizar cesárea urgente.
El bebé nació con un peso de un kilo 700 gramos y fue intervenido aún con su pequeño tamaño que complicaba el procedimiento, pero gracias al trabajo realizado en quirófano, que durante una hora se llevó a cabo, el personal logró mejorar la condición del pequeño.
El doctor Raúl Armando Hernández, anestesiólogo del hospital, quien participó en la atención, destacó que los cuidados permitieron que el caso sea un éxito, ya que se brindaron antes, durante y después del procedimiento quirúrgico porque, además de acomodar los intestinos, lograron desinflamarlos y monitorear que trabajaran correctamente, mientras cuidaban controlar su temperatura, líquidos y glucosa. Destacó el especialista que es un gran reto realizar este tipo de procedimientos con menores con peso tan bajo.