La falta de un núcleo familiar estable, el desinterés por parte de los padres, y la situación de calle en la que se encuentran menores inmersos en las drogas, facilita a que se integren a una secta delictiva, así como ser capaces de cometer cualquier atrocidad, con tal de pertenecer a un grupo y sentirse aceptados. Así lo externo el consejero en adicciones certificado el Consejo Nacional contra las Adicciones (CONADIC).
Tras darse a conocer que, en el estado de Guanajuato, el consumo de cristal ha incrementado, los menores de edad no se quedan fuera de esta cifra: 2 de cada 10 estudiantes de primaria, secundaria y bachillerato han consumido alguna sustancia adictiva, 56 por ciento han probado el alcohol y 16 por ciento en exceso, 18 por ciento consume drogas según cifran de la Secretaría de Salud del Estado aportadas en el mes de enero del presente año.
Así lo confirmó Luis Parra, consejero en adicciones del centro de Rehabilitación Volet, quien señaló que llegan mayormente adictos al cristal debido a que su precio es accesible, costando una dosis cerca de 50 pesos, también comentó que los jóvenes han recurrido al consumo de fármacos, tales como Clonazepam, Rivotril entre otros.
Aseguró que muchos de los casos que llegan, tiene que ver con la falta de un núcleo familiar estable, ya que ha sido uno de los factores para que los menores de edad, desde los ocho años, caigan en el consumo de drogas y comiencen una vida sin límites, sin rumbo, ni motivaciones, según lo explicó.
Así mismo comentó que dentro del centro de rehabilitación han tenido a niños de ocho años, quienes pasaban por una situación complicada ya que sus padres los abandonaron o les quitaron la atención mientras que algunos otros se encontraban en situación de calle, llegando a un estado de ingobernabilidad en donde son incontrolables y sumándose con las drogas es cuando comienzan a delinquir debido a que son más propensos a ser manipulados por cualquier grupo criminal.
Afirmó que esto los acerca a ser parte de la delincuencia organizada, todo por la necesidad que sienten de sentirse parte de un grupo y ser aceptados, ya que en su crecimiento no hubo quien estuviera para ellos. Mencionó que son un punto clave para el crimen organizado el cual está reclutando a menores de edad que buscan el sentido de pertenecía a un grupo.
“Se drogan no llegan a casa se empiezan a robar y desgraciadamente esos muchachitos son muy susceptibles para delincuencia organizada, porque son muchachitos que ellos pueden ser muy manipulables, entonces con la adición y con la falsa idea de qué puedes pertenecer a un grupo, los jala a hacer cosas, pues increíbles que las vemos en noticias, mucha gente amanece sin cabeza y empieza de los ocho años en adelante”, finalizó Luis Parra.