Inundaciones mantienen a los pobladores de Tabasco en los techos de sus hogares 

En la colonia 'El Castaño', en el municipio de Macuspana, la gente lleva dos días sumergida en el agua y sin poder bajar de las azoteas de su casa.

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TABASCO.- En la colonia 'El Castaño', en el municipio de Macuspana, Tabasco, la gente lleva dos días sumergida en el agua y sin poder bajar de las azoteas de su casa.

En esta misma circunstancia se encuentran poco más de 141 mil tabasqueños que desde hace 8 días han tenido que esperar a que deje de llover para que los niveles del agua bajen. Se reportan además cinco muertos y 34 mil 312 viviendas afectadas.

Lo que se vive en Macuspana, municipio natal del presidente Andrés Manuel López Obrador, es un claro ejemplo de lo que padece Tabasco.

La gente duerme bajo techos de lámina improvisados, sobre colchonetas mojadas y sin energía eléctrica. Para poder alimentarse tienen que esperar por horas a que un grupo de lancheros voluntarios acerque comida en bolsas de plástico.

Manzanas, sándwiches, botellas de agua y bolsas con sopa son lanzados desde la embarcación, hacia las personas que ansiosas esperan sobre sus techos.

Los pobladores no quieren irse a albergues, pues saben que aún estamos en medio de una contingencia sanitaria y temen enfermar de Covid-19.

Don Rodrigo Gutiérrez, es uno de ellos habitantes que prefirió quedarse en casa a exponerse: “fue lo que le dije a mi hija que en los albergues la verdad puede haber mucha contaminación y aquí pues estamos aunque sea el resguardándonos”.

Entre las principales necesidades que tienen los tabasqueños de esta región se encuentran: agua potable, cobijas, ropa y comida: “cómo no podemos salir, por la inundación necesitamos víveres, se nos acabó la despensa y no podemos ir a comprar porque no podemos salir”.

Francisco, habitante de 'El Castaño', un hombre de 35 años que desde hace dos días decidió sacar su lancha para poder llevar alimentos a sus vecinos atrapados.

“A mí me parte el alma porque veo mucha gente, como hemos perdido todo, pero no perdemos la esperanza de ayudar a otras personas, de dar la vida si es necesario y no hemos parado… desde ayer andamos haciendo hasta lo imposible por rescatar gente”, expresó el hombre que asegura no se cansará de remar con tal de ver a su gente comer.

Desde que uno aterriza en Villahermosa, los ríos que rodean el camino hacia el municipio de Centro están al menos 2 metros arriba de lo normal.

Además, no hay carretera en el estado de Tabasco que no esté invadida por el desbordamiento de ríos, pantanos y lagunas. La postal en cada entrada a algún municipio es la de cientos de casas cubiertas hasta sus azoteas, con agua.

Sobre las carreteras, la gente ha tenido que instalar carpas donde duermen desde hace 5 u 8 días cuando las lluvias ocasionadas por el frente frío número 8, propiciaron el desfogue de la presa Peñitas.

Isidoro Carrillo, habitante de Jalapa en el estado de Tabasco, comparte que él y su familia se movieron de casa cuando el rio subió su cauce.

“Hace cinco días nos instalamos aquí porque empezó a brotar agua del río. Empezó a subir a subir y tiene ahorita una altura como de tres metros y aquí estamos en la carretera, nos estamos protegiendo”, cuenta el hombre de 65 años.

Él, su esposa y tres hijos perdieron todo, desde enceres domésticos, hasta animales: “Perdimos roperos, lavadoras, estufa, ropa, trastes de cocina, bueno, todo lo material y una parte de animales que se ahogaron y nada más ahí traemos un puñito”.

La lona bajo la que hoy vive, le da una sombra de apenas 3 metros de largo por 2 de ancho, ahí tiene tres camas que comparte con sus tres hijos, nueras y nietos, un refrigerador, una mesa y una parrilla.

“Estamos en la banqueta y hemos pedido lonas a los compañeros, y tenemos un cayuco prestado que usamos para ir a la casa a ver cómo va el nivel del agua”, detalla Isidoro mientras camina al interior de su carpa.

Según datos de Protección Civil, al menos 121 mil habitantes de los 17 municipios están en la misma situación. Tacotalpa es uno de ellos, ahí la gente apenas hoy pudo ingresar a sus casas.

Jesús Hernández León, habitante de la Ranchería la Ceiba en Tacotalpa es uno de ellos, él vive a la orilla del Río la Sierra junto con sus tíos, padres, hermanos y sobrinos.

“Era un nuevo río que se había formado aquí, hasta hoy pudimos entrar a lavar y rescatar algunas cosas, pero perdimos todo: mi taller de carpintería y el de herrería, tendremos que empezar de cero”, comparte Jesús mientras señala su taladro y cortadora de madera llenas de lodo.

Para ellos esto aún no acaba, el gobierno de Tabasco informó que la presa Peñitas tendrá que ser desahogada y la gente teme una nueva inundación.

“Están subiendo los niveles de extracción, tanto de Malpaso, como de Peñitas y nosotros estamos con el miedo de que puedan sorprendernos las aguas aquí, por lo tanto no queda de otra más que esperar”, añadió.

Lo que más preocupa a Jesús es el contacto que ha tenido con la gente, pues desde que salieron de su casa, las medidas de distanciamiento para evitar contagios por Covid-19, no se han podido respetar.

“En medio de la pandemia, ahorita vamos a esperar los próximos 14 días para poder ver las nuevas cosas; las nuevas enfermedades que van a venir porque esto está trayendo muchas bacterias, muchos virus y vamos a ver cómo nos sorprende”, finalizó.

ard 

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