Puebla.- Estos son los recuerdos que no se desvanecen de la memoria de los poblanos. El único día en que un Papa besó suelo poblano. Llegó como representante de Dios en la tierra y ahora está elevado en los altares.
Juan Pablo II, el Papa amigo… el viajero… el Pontífice polaco que su primer visita se robó el corazón de los mexicanos y en Puebla descubrió su vocación de peregrinar.
Fue la primera ocasión en que el sucesor de San Pedro salía de Roma. Inauguró la Tercera Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. En nuestra tierra hizo promoción a la defensa de la familia.
El suceso fue épico. Fue recibido por el entonces Gobernador, Alfredo Toxqui Fernández de Lara, el Arzobispo Rosendo Huesca y Pacheco le dio la bienvenida en Río Frío. Juan Pablo II decidió caminar y saludar de mano los creyentes de Xoxtla y Texmelucan.
Aquí se usó el papamóvil. La reliquia más significativa del líder de la grey católica.
Pero el momento cumbre ocurrió en el Seminario Palafoxiano, en donde la innumerable multitud los esperó con júbilo; se reunió con indígenas, estudiantes y otras religiones; y reforzó la fé de los mexicanos.
Han pasado 41 años del emotivo encuentro entre México y el Vaticano y de haber apreciado a Juan Pablo II antes de convertirse en santo.