De julio de 2018 a la actualidad hay 600 desaparecidos en Puebla

La capital poblana es el municipio a nivel nacional donde más menores de edad desaparecen, además de que la entidad se mantiene como el octavo lugar nacional en personas desaparecidas

De julio de 2018 a la actualidad hay 600 desaparecidos en Puebla
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Puebla.- El 21 de junio de 2019, fue el último día que Verónica Hernández vio a su hija Fátima Hernández García, de 13 años de edad. Esta historia inicia como tantas otras narraciones de desaparecidos en México: con una rutina rota y una espera que se alargó demasiado.

 

“Ella salió de casa y ya no regresó”. Hace cuatro meses, Verónica, madre soltera de dos niñas, partió de su hogar, ubicado en Santa Ana Xalmimilulco, Huejotzingo, a realizar algunos encargos. Cuando volvió a su domicilio, Fátima había desaparecido. “Yo la dejé con su hermana pequeña. No sé a dónde haya salido. Cuando regresé ya no estaba”. Con lágrimas en los ojos pide justicia a las autoridades para que su caso no quede impune, ya que según comenta la última vez que acudió a la Fiscalía General del Estado de Puebla, su carpeta de investigación no presentaba ningún avance.

 

Según comenta Verónica, la pequeña Fátima es solo una de cuatro mujeres menores de edad que han desaparecido en su población. Todas con el mismo patrón. “En la Fiscalía lo primero que me dijeron fue que se había ido con el novio y yo les dije, que pues no porque el muchachito con el que aparentemente andaba estaba en el pueblo y no sabe nada de ella”. Agrega que desea que se haga justicia, pues insiste que en su pueblo son muchas las personas que han desaparecido. “Que a veces les da miedo hablar o buscar a sus familiares”. Informa que Fátima cursaba el primer grado de secundaria y ningún indicio había mostrado de que hubiera querido irse de casa. “Ella decía que quería estudiar”.

 

Resalta que esta situación ha sido muy dolorosa tanto para ella como para el resto de sus familiares. Se les apunta que su localidad forma parte de la región de San Martín Texmelucan, donde el robo de combustible y gas ha crecido exponencialmente, y que si por ello considera que el crimen organizado pudiera estar involucrado en la desaparición de su menor. “No sabría decirles si fue en esa forma”, responde. Respecto a las desaparecidas en su localidad, da a conocer que hay mujeres más grandes en cuanto a la edad y que su hija es la más pequeña. “Yo llevo la cuenta de cuatro en este mismo año”. Insiste en su llamado a la Fiscalía a que realice su trabajo porque para ella es muy difícil vivir esta situación. “Una vez que fui el expediente estaba nada más ahí tirado en el escritorio”. Lamenta el carecer de recursos económicos para poder trasladarse por la región y emprender por su cuenta una investigación. “Tengo otra pequeña, soy mamá soltera”. Mientras seca las lágrimas y trata de aclarar la voz, asegura que pocos datos le han proporcionado las autoridades encargadas de investigar el caso.

 

Agrega que perder a un hijo es morirse en vida. “Es un dolor muy feo (el que siento por la desaparición de mi hija) que no sabría explicarlo. (La gente) Nos ven como si nada, pero no saben que cuando llegamos a casa todo lo que nos preguntamos, ¿dónde está? ¿Habrá comido? ¿Si está bien? ¿No está bien? Son cosas muy duras”. Verónica forma parte del Colectivo La Voz de los Desaparecidos, que fue fundado el 30 de agosto de 2018 por María Luisa Núñez Barojas, quien tajante señala que su tarea es apoyar a encontrar a los seres queridos que han perdido miles de familias en Puebla, empezando por su hijo Juan de Dios, quien desapareció el 30 de abril de 2017. Narra que Juan de Dios, originario de Palmar de Bravo, iba con sus amigos Abraham y Vicente Basurto Linares, vecinos de Cañada Morelos, de regreso a su casa. Recuerda que su hijo le marcó para informarle que había un retén y que no los dejaban pasar.

 

El motivo lo desconocía. Por ello, le indicó que se irían por un camino vecinal y que estimaba que demorarían poco más de media hora en llegar a su casa. Pero ninguno llegó. Fue entonces que María Luisa y Lucía Linares, mamá de los hermanos Abraham y Vicente, empezaron su búsqueda en hospitales, en parajes, en los domicilios del resto de sus amigos. Nadie sabía nada de ellos ni le proporcionaron ningún indicio. Siete meses después y al ver que la investigación de su hijo ningún avance registraba, pese a que ella aportaba datos importantes que la Fiscalía General del Estado (FGE) ignoraba, en septiembre de 2017, con apoyo de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (AFADEM), interpuso una queja ante la ONU.

 

Esto derivo que la Comisión de Desapariciones Forzadas de las Naciones Unidas emitiera recomendaciones directamente a la Fiscalía de Puebla, señalando diversas omisiones, entre ellas que un año después de la desaparición, la camioneta a bordo de la que iban los tres jóvenes aun carecía del correspondiente reporte de robo, además de que se omitió darle seguimiento a la geolocalización del teléfono móvil de Juan de Dios. A raíz de la impunidad y omisiones nació el colectivo La Voz de los Desaparecidos, que hoy preside.

 

El siguiente paso que se fijó fue contactar a través de las redes sociales a las familias de los desaparecidos que están reportados en la entidad. Esto permitió que el intercambio de información, de las historias y de las omisiones se pudiera documentar y que al colectivo se sumaran más personas. Actualmente están afiliadas 40 familias que tienen una misma meta: obligar a las instituciones para que los atiendan y cumplan con su responsabilidad de investigar, así como de buscar y encontrar a sus familiares.

 

COLECTIVO LA VOZ DE LOS DESAPARECIDOS REPORTA 8 MIL CASOS DE DESAPARECIDOS

 

De acuerdo con los datos que maneja el colectivo La Voz de los Desaparecidos, de julio de 2018 a lo que va del año existen 600 personas desaparecidas en el estado de Puebla; y la capital poblana es el municipio a nivel nacional donde más menores de edad desaparecen, además de que la entidad se mantiene como el octavo lugar nacional en personas desaparecidas, por debajo de Tamaulipas, Estado de México, Jalisco, Sinaloa, Nuevo León, Chihuahua y Sonora.

 

Estadísticas del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) refieren una cifra histórica de 2 mil 73 personas cuyo paradero se desconoce y que fueron vistas por última vez en el estado, pero el colectivo refiere que el número real es mayor a 8 mil casos desde 2008. Asimismo, reporta que en promedio, seis personas desaparecen diariamente en Puebla. De esa cifra, la mitad son menores de edad y la mayoría de los casos se concentran en la capital del estado, en la Sierra Norte y su colindancia con Veracruz, así como en Tehuacán. Indican que el sector que se está viendo vulnerado es el de las mujeres ya que el 60 por ciento de las desapariciones corresponde a este género y la mitad son menores de edad.

 

El colectivo señala que, en promedio, se reportan hasta tres casos al día de infantes que desaparecen aunque estiman que solo se denuncia el 24 por ciento de los casos. Finalmente, apuntan que las principales actividades involucradas en los casos de desapariciones son el reclutamiento de jóvenes para el crimen organizado, el secuestro, la trata de personas, la explotación laboral e incluso la venta de órganos. 

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