La alianza goteros-Unión Tepito

Columna de Óscar Cedillo.

La alianza goteros-Unión Tepito
Nacional /

CIUDAD DE MÉXICO.- El sistema de préstamos de dinero exprés a la palabra, conocido como “Gota a Gota”, operado principalmente por colombianos, está extendiendo su temible fuerza en CdMx y la zona conurbada.

De acuerdo con una investigación de la Secretaría de Seguridad Ciudadana a la que MILENIO tuvo acceso (hoy en portada, trabajo de Carlos Vega), los goteros tienen un nuevo aliado y brazo armado: La Unión Tepito.

Estos colombianos dedicados a la extorsión y usura en el Centro Histórico de CdMx ahora pagan “cuota” al cártel de Tepito para poder operar en la zona, utilizando la marca de La Unión para cobrar y amenazar a los comerciantes fijos y ambulantes que no tienen acceso a un préstamo de banco o formal. Ante los intereses excesivos, muchos terminan incluso pagando con su vida o las de sus familiares.

La relación goteros-Unión Tepito es principalmente vía dos células. Una, la encabezada por Dilan Alexis Alvarado Chávez, El Dilan, quien opera en la alcaldía Cuauhtémoc extorsiones, secuestros, así como venta y distribución de drogas. La otra, dirigida por Lalo Ramírez Tiburcio, El Chori… que opera principalmente en la calle Manuel Doblado y lo vinculan con extorsión, cobro de piso, secuestro exprés, narcomenudeo y homicidio.

 

Muchos terminan pagando con su vida o las de sus familiares

Se estima que entre 2012 y 2014 arribaron a CdMx los primeros colombianos con este mecanismo “Gota a Gota”, que comenzó a operar a finales de los años 90 en Medellín, Barranquilla y Cali.

Según las autoridades capitalinas, en 2020 hubo cerca de 200 detenidos de nacionalidad colombiana y hasta febrero de este año se tenía un registro cercano a las 50 capturas. Los extranjeros detenidos están relacionados a múltiples delitos como narcomenudeo, robo a casa habitación, robo a transeúnte, robo a cuentahabiente y clonación de tarjetas.

Palabras clave

Por cierto. En el dormitorio 2 del Reclusorio Oriente, área para “padrinos” o delincuentes “pesados”, lejos del resto de la población penitenciaria, se encuentra un grupo de colombianos que desde ahí opera. La planta baja es controlada por ellos… desde la celda 9 hasta el final del edificio. Hacen fiestas en el restaurante pegado al gimnasio, noches de casino, tienen acceso a celulares y viven como reyes. No les falta ropa Gucci, aparatos electrónicos y demás amenidades… las que sean. Como en los viejos tiempos de la mafia.

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