Durante el Encuentro Nacional de Planificación Estratégica para la Educación Musical Comunitaria, que se realizó hace unos días en esta capital, explicó que el ensamble que dirige consta de cuatro instrumentos que son: violín, vihuela, guitarra de golpe y arpa.
Su grupo está conformado por 65 niños y niñas, de entre 7 y 14 años de edad, que una vez que reciben sus primeras clases se enamoran de la actividad y van aprendiendo y les gusta quedarse.
Los resultados, consideró, han sido muy buenos porque además de aprender música, su manera de comportarse es distinta; se hacen mejores niños y ello se refleja desde cómo se expresan con la gente y cómo hablan.
“También dejaron de escuchar lo que se llama música chatarra y optan por otro tipo de géneros con significado, y esa es la manera de cambiar a los niños”, refirió.
Agregó que él imparte música tradicional, pero también les enseña otro tipo de géneros que adaptan para ir desarrollando su aprendizaje.
“Esto para que no se aburran o se enfaden y puedan caer en lo rutinario, por lo que les doy otro tipo de música como boleros o una polka, y por supuesto tradicional”, señaló.
Con el apoyo del Sistema Nacional de Fomento Musical, se han presentado en otras comunidades del estado de Michoacán y “vamos a participar con mucho entusiasmo”.
A la fecha, expuso, esta enseñanza en la comunidad ha dado unos cinco músicos que ya están en sus propios grupos y se van a Estados Unidos a tocar.