Las otras cuatro torres de reloj más bellas a nivel mundial se encuentran en Malasia, Estados Unidos, Reino Unido y la Republica Checa, según el portal BBC Travel, especializado en guisa de viaje a nivel mundial, adscrita a la British Broadcasting Corporation.
La Torre del Reloj de Cartagena de Indias, es una imponente estructura que desde 1631 se convirtió en la puerta de entrada de la ciudad amurallada, que posteriormente fue semidestruida por Bernard DesJean, Barón de Pointis, un militar y comandante de la armada Francesa.
Este corsario, quien participó en la Guerra de Liga de Augsburgo y en la Guerra de Sucesión Española, el 13 de abril de 1697 asaltó a Cartagena de Indias con una gran flota que comenzaría a bombardear la ciudad 24 horas después de su desembarco en la Isla de Tierrabomba.
Según las reseñas de los historiadores, el Barón de Pointisñ con sus mercenarios y bucaneros, atacaron primero el Castillo San Luis de Bocachica, y luego a Cartagena de Indias, y es en este asalto que la Torre del Reloj fue semidestruida, pero en 1704 fue reparada por el ingeniero Juan Herrera y Sotomayor.
En esta nueva fase de la Torre del Reloj, el ingeniero Herrera y su equipo de trabajo le agregó una puerta tipo barraco, cuatro columnas estilo toscanas, dos bóvedas laterales que sirvieron de protección a los ataques de los piratas, y bodegas para almacenar armas, municiones y alimentos.
Para 1874, las autoridades de Cartagena de Indias, importaron un reloj de Estados Unidos, que permaneció hasta principios del siglo XX, cuando fue sustituido por uno de Suiza. En 1888 se cambió la estructura de la Torre del Reloj y paso de un estilo barroco a uno gótico, que es el que predomina en la actualidad.
La Torre del Reloj tiene una altura de 30 metros, es la puerta de entrada y salida a la ciudad amurallada, que es Patrimonio de la Humanidad, es el principal punto de encuentro de los cartageneros, y de los turistas nacionales e internacionales.
Bajo esta belleza arquitectónica, desde donde se puede apreciar la bahía de Cartagena, todos los días llegan a primera hora las mujeres palenqueras, con sus coloridos trajes para ofrecer los dulces típicos de la costa Caribe y la ensalada de frutas.