Puebla. Para muchos sectores, los estudiantes son su principal fuente de ingresos. Es el caso de loncherías, cooperativas, pequeñas fondas y ambulantes que vendían afuera de las escuelas; ante las clases a distancia, estos negocios se han visto muy afectados.
El establecimiento “antojín”, se encuentra rodeado de al menos 6 escuelas de diferentes niveles educativos, por lo diariamente recibía cientos de clientes.
Por dos meses se quedaron sin percibir un solo peso, por lo que tuvieron que despedir a cinco empleados.
Tras su reapertura, se mantiene con el 30 por ciento de sus ingresos y sólo pudo recontratar a dos.
Dentro de las afectaciones, no todos corrieron con la misma suerte. Hay quienes hasta el momento no han abierto sus negocios.
Un ejemplo es "Chamoyadas Oscarín" que se ubica frente al kinder y la primaria del Centro Escolar Gregorio de Gante, donde sin estudiantes la calle está desierta. Este negocio era la fuente de ingresos de al menos ocho familias; y en tan sólo seis meses, el virus terminó con lo que una familia construyó durante ocho años.
Aunque Marisol ha intentado vender por internet, no es lo mismo, no es costeable, ya que al vender principalmente paletas de hielo, la gente no las compra por el miedo a las enfermedades respiratorias. Además tan sólo prender uno de los 20 congeladores con los que cuenta, el gasto de luz se vuelve excesivo.
En ambos casos, lo más triste es que no hay una fecha para que sus ingresos vuelvan a ser los mismos.
CON INFORMACIÓN DE MARIELA VÁZQUEZ, TELEDIARIO PUEBLA