Guadalajara. Aún sigue en el piso de la Glorieta de las y los Desaparecidos la cera derretida de las velas que iluminaron la marcha del 11 de mayo, para exigir justicia por el asesinato de los hermanos Gónzalez Moreno y de las más de 10 mil personas desaparecidas en el estado.
La Glorieta ya no es la misma luego del pasado domingo, cuando los colectivos FUNDEJ y Entre el Cielo y la Tierra pegaron al monumento losetas con las fichas de búsqueda de sus familiares y amigos.
El cemento con el que fueron adheridas impedirá que la autoridad o cualquier otro ciudadano arranque las decenas de losetas con los rostros de las mujeres y hombres que un día no llegaron a casa y que a la fecha se desconoce su paradero.
Los datos de las fichas indican la variedad de contextos en los que desaparece una persona: Fanny Arely Quezada Sotelo de 21 años desapareció este el 7 marzo de este año en colonia Parques del Castillo, en El Salto.
Lesly García Herrera de 22 años, es ejemplo del fenómeno de aquellos que desaparecen en los límites de Jalisco con otros estados, o en la carretera. Ella fue vista por última vez el 17 de mayo de 2019 en los límites de Jalisco y Zacatecas.
Las lonas colgadas de los barandales de la Glorieta son también el recuerdo de que personas de otros desaparecen en la tierra del tequila.
También están los rostros de aquellos cuyos casos fueron mediáticos como los dos estudiantes de cine Marco Francisco García Avalos y Jesús Daniel Díaz García. Y el de Wendy que desapareció
La Glorieta es un recordatorio de lo que duele a Jalisco. Es la memoria para las familias de las 10 mil 328 personas desaparecidas.