Puebla. Desde hace 88 años la lucha libre existe en México, pero fue hasta la década de los años 30 cuando surgió la lucha entre mujeres, sin embargo, fue censurada por las autoridades de la capital del país, quienes consideraban que esta actividad era indecente; pero en los años 80 la figura femenil volvió a los cuadriláteros.
Si bien, el arte del pancracio es recio, brusco, las mujeres no se han intimidado, es más, han tenido luchar más de dos de tres caídas contra el machismo, prejuicio y el olvido. Las mujeres de años pasados vencieron una lucha social para encaminar un futuro donde las damas lograran protagonizar carteles y abarrotado arenas con su espectáculo.
Luchadores como Irma González, Martha Villalobos, las hermanas Moreno, Lola González y Lady Apache, fueron las pioneras que picaron piedra para establecer un respeto hacia su trabajo y conseguir una igualdad de género. Incluso, el Congreso de la Unión desde 2019, declaró el 21 de septiembre como “Día Nacional de la Lucha Libre y el Luchador Profesional", una fecha para honrar esta atracción que forma parte del Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México.
De esta forma, las mujeres hoy en día suben a un altar enlonado para ofrecer un acto sagrado: luchar.
La revolución femenil en la lucha libre
En México, la primera luchadora considerada de manera oficial es Natalia Vázquez, de ahí, han surgido figuras que atraparon reflectores con su destreza en el juego de llaves y contrallaves, algunas ya están retiradas, otras ayudan desde su trinchera a que la mujer logre tener los mismos derechos que aquellos que alguna vez dijeron que la lucha libre sólo era un deporte para hombres.
Actualmente, el Consejo Mundial de Lucha Libre renació un concepto para darle lugar al poder femenino: Las Amazonas, de donde salen estrellas como Amapola y Lluvia. Juventud y experiencia, sapiencia y sensualidad, ambas gladiadoras platicaron para Canal 6 Puebla y recordaron su llegada al rombo de batalla.
Amapola “La Flor Letal”
Nacida en la Ciudad de México, Amapola es una de las mejores exponentes de la baraja nacional luchística, de estilo rudo y conocimiento a ras de lona. Ella recuerda cómo fueron sus inicios en el ring hasta llegar con Daniel López “El Satánico”, un gladiador rudo que le abrió paso en este mundo de los ‘costalazos’.
La gladiadora mencionó que a su ingreso a la lucha libre encontró un panorama diferente al de sus antecesoras, la perseverancia de las mujeres que pioneras logró que existiera apoyo y las nuevas generaciones ya no tuvieran obstáculos para ingresar a este deporte.
El 14 de abril de 2006, la también conocida como “Flor Letal”, protagonizó un hecho histórico, la primera lucha máscara contra cabellera en la Arena México, la noche que el mundo conoció el rostro de Guadalupe Olvera, la mujer que había dejado la administración de empresas para luchar.
Tristemente perdió su incógnita contra la canadiense Dark Angel, un récord que formó un parteaguas para las mujeres en el ring y para el deporte – espectáculo porque tras ese encuentro surgieron los campeonatos nacionales, mundiales, las caballeras y el pertenecer a la lista de las 100 mejores luchadoras del mundo.
Lluvia “La Pequeña Tentación”
Heredera de una de las escuelas clásicas de la lucha libre, la hija de Sangre Chicana es testigo de la evolución de la lucha libre, desde el físico hasta los vestuarios. Lluvia es una joven luchadora nacida en la Ciudad de México que también ha tenido que abrir brecha en esta dura actividad bajo la gran responsabilidad que conlleva ser la descendiente de una las figuras más rudas del pancracio.
Lluvia sabe que atrás quedaron los estigmas, las mujeres de antaño sufrieron, pero pavimentaron el camino de gloria a las nuevas generaciones.
Hoy su presencia es gigante, dan patadas, hacen llaves, toman impulso en las cuerdas y se lanzan sin piedad contra sus adversarias. Una religión que profesan con amor y el público es devoto de esa vocación. Atrás quedaron los estigmas y la belleza también se impregna en el ring
Cada noche ellas demuestran lo apasionante y desafiante que puede ser este oficio entre doce cuerdas, afuera son dos de las miles de mujeres que luchan contras las mismas desventajas y adversidades, pero dentro del ring son heroínas, villanas envueltas entre capas y máscaras que profesan poesía en movimiento con aroma de mujer.