MONTERREY.- Después de un año y medio de pandemia de Covid-19 tiempo en el que los estudiantes no han tenido clases presenciales, Lesvy Hernández Santiago ya no puede darse el lujo de ser ama de casa de tiempo completo, tiene que trabajar para ayudar con los gastos de su casa y está consciente de que su hija, Maridamia de ocho años, necesita apoyo directo de maestros que puedan guiarla mejor con su educación.
La mujer es integrante de una comunidad Zapoteca que llegó hace años a Laderas del Mirador en Monterrey, en busca de mejores oportunidades de trabajo. Se desempeñó como cocinera, pero sus labores se vieron interrumpidas con la pandemia, pues conociendo lo inquieta que es la niña que cursa el segundo grado de primaria, decidió apoyarla en sus estudios, aunque ni ella entendía bien el uso de la tecnología.
Y Maridamia confirmó que estar en casa rodeada de sus primas, representa una distracción para estudiar.
Lesvy y su esposo tuvieron que comprar a crédito una tablet para que la pequeña pudiera llevar sus clases, un gasto que no tenían contemplado y que esperan pronto recuperar con más trabajo si la pandemia así se los permite.
Familia en Monterrey sufre problemas económicos por clases a distancia
José Alexander González Ceballos de 14 años es el más grande de tres hermanos. Cuando supo que tendría que terminar el resto del ciclo escolar 2019-2020 a distancia, pensó en lo complicado que sería compartir un teléfono con su hermanita de preescolar y su hermano de primaria para seguir sus clases por internet... lo que no imaginó es que la suspensión de clases se extendería hasta su último año de secundaria, en el que bajó el promedio por no tener las herramientas suficientes.
Su madre, Maricela Ceballos, tuvo que dejar de trabajar como comerciante para cuidar y orientar a sus hijos, mientras tanto su esposo de oficio albañil buscó trabajo extra.
La familia que habita en la colonia Gloria Mendiola en Monterrey, ahorró para comprar otro celular. Sin embargo, cada mes batallan para pagar el internet, el material didáctico y seguir comprando la despensa. La señora Maricela afirma que sus finanzas ya no soportarían otro ciclo escolar así.
Desarrollo personal y comprensión de temas es lo que requieren los pequeños.
La asociación civil, Promoción de Paz que trabaja en más de 50 colonias donde hay pobreza y violencia han detectado y apoyado a 200 familias aproximadamente ya sea con computadoras, celulares o pago de internet, pero la necesidad, es más.
En la entidad hay miles de casos de familias que esperan el regreso a clases presenciales para actualizarse en lo académico y ajustarse en el plano laboral.
mvls