TAMAULIPAS.- La vida de Axel Osberto siempre ha estado rodeada del legado de Diego Armando Maradona gracias a su papá y sus tíos. Orgullosos de casi profesar “la religión maradoniana”, la llegada del astro del futbol mundial a México alimentó la ilusión del niño originario de Ciudad Victoria, de 13 años, por conocer al ídolo de la familia.
Se enganchó de su palmarés a través de los videos, pláticas, toda la información posible. Sus proezas con el Napoli, su gran Copa del Mundo en México en 1986, sus aciertos y tropiezos, pero sobre todo las gambetas, su genialidad con el balón, fue el gancho para provocarle una gran admiración, también alentado por su tío César, quien practicó el deporte y falleció hace años.
Era el verano del 2018 cuando los rumores provenientes desde Culiacán y Buenos Aires tomaban más forma. El 10 de la albiceleste se convertiría en el entrenador de los Dorados, escuadra de la Liga de Ascenso Mx, cuyo fin era volver al máximo circuito profesional en nuestro país.su padrino Darío, quien ha colaborado en medios de comunicación locales, lo animó para cumplir el sueño, saludar al “D10s”, algo inalcanzable hasta ese momento.
Por ello, esperaron con ansias la visita de la escuadra sinaloense a la capital tamaulipeca, programada el viernes 8 de febrero del 2019, es decir, hace un año y medio.
“Lo fuimos a buscar un día antes al Aeropuerto, era una fiesta la terminal. 800 personas esperándolo, ni cuando el Correcaminos fue campeón hubo tanta gente. Llegamos y logró verlo lo más cerca posible. No nos rendimos y fuimos al hotel, ubicado en una zona céntrica de Ciudad Victoria.
Era el doble de gente, se pudo acercar pero hasta ahí”, comenta su también tío.Llegó el día del partido. De nuevo fueron a la estancia de concentración de los visitantes.
En su profesión, Darío tuvo un altercado con el ex presidente de la escuadra universitaria Rafael Flores quien ahí se encontraba con su homólogo visitante José Antonio Núñez; este último le ofreció a Axel saludar al estratega pampero.
“Pensábamos que era una broma de mal gusto, pero sí era cierto. Mi sobrino pasa sólo a petición de Diego, pues lo vio en el Aeropuerto y en su ingreso al hotel.
Lo recibe de forma muy amigable, le pide echarle ganas a la escuela, que fuera buen niño y si un día juega futbol lo disfrute mucho y apoye a su equipo favorito”, relata.
Entonces, el portero Gaspar Servio les toma la foto, una posada y otras abrazándolo. Sale y de la emoción no logra explicar su sentir.
“Le dio mucha emoción, fue evidente pues le ganó el llanto, Maradona lo abraza, le da un beso y le pide no estar triste, pero le responde ‘estoy muy feliz’. Fueron muchas las sensaciones”, amplia Darío.
Y este miércoles, al conocer su fallecimiento, Axel puso en su foto de perfil de Whatsaap su gráfica con Diego Armando. “Cuando lo saludo me dice: ‘por fin mi tío César va a conocer a Maradona’, será Inolvidable”.
mmr