Wenceslao, Griselda y Alán son los últimos jóvenes, de una larga lista, que desaparecieron en Chapala, en lo que va del mes de junio.
Con lágrimas en los ojos y una mezcla de enojo y angustia emanada por la incertidumbre sobre su paradero, familias y ciudadanos del municipio ribereño marcharon de manera pacífica desde la entrada del poblado hasta el palacio municipal. La exigencia de todos era justicia.
La madre de Wenceslao compartió la herida que causó en su corazón la ausencia de su hijo, quien es padre de una niña de tres años. De acuerdo con Ramona, a Wenceslao lo llamaron para un servicio desde el pasado 10 de junio y nunca regresó, él trabajaba como conductor en la plataforma de Uber.
"No es justo, por favor, justicia, ¿cómo es posible los protocolos que tiene este gobierno, que no pueden atender rápidamente cuando uno denuncia, que tengan que ir uno a una oficina y a otra y nadie te da respuesta?", acusó.
Los familiares de las víctimas de desaparición sostuvieron una plática con el presidente municipal, Moisés Anaya, quien acordó investigar los casos de todos las personas de Chapala de las cuales se desconoce su paradero. Además, reconoció que la situación de violencia e inseguridad en el municipio lo rebasó.
La ausencia de los desaparecidos en Chapala es una pena que agobia a todas las comunidades de la ribera, cuyos habitantes viven con el temor de no volver a ver la mirada de sus seres queridos, de que su voz en el pueblo no se escuche más, mientras que las madres de las víctimas ven pasar los días en medio del dolor de no saber nada sobre sus hijos.
"Ya cinco meses sin verlo y no saber nada de ellos, ¿por qué? Yo me he puesto enferma por todo esto. Lo sacaron de mi casa golpeado y los policías nada", mencionó una.
"Me la paso noche y día pensando ‘¿dónde estarás, mi niño?’, si duermes, comes, si tienes frío. Queremos justicia para todos nuestros jóvenes que tranquilamente caminaban por las calles de Chapala, ¿dónde están? ¿qué les hacen?", cuestionó otra más.
Las madres de los desaparecidos coinciden en que sus hijos fueron arrebatados de sus hogares a la fuerza por hombres armados. Ante esto, solicitan puntualmente una inspección entre los elementos policiales, para descartar cualquier posible complicidad.
CGE