CIUDAD DE MÉXICO.- El 2018 fue un año complicado para el Metro, retrasos en las 12 líneas del Sistema de Transporte Colectivo, inundaciones, fallas eléctricas, robos, pleitos y muertes, ya sea por causa natural o suicidio, fueron la constante.
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Se calcula que, de enero de 2013 a finales del presente año, 120 personas se arrojaron a las vías y murieron, de estas, 98 eran hombres y 22 mujeres.
Pero en los últimos meses de este 2018, los usuarios del transporte, inaugurado en 1969, han visto afectados sus traslados a causa de las constantes fallas por ponchadura de llantas, desperfectos, incendios y hasta de inundaciones, mismas que pueden costar al menos 30 mil millones de pesos.
A finales de octubre el Metro se inundó y dejó fuera de servicio a una de las estaciones más importantes: Indios Verdes, así como 18 de marzo y Potrero.
En la Línea Dos, que corre de Cuatro Caminos a Tasqueña, una serie de fallas durante tres semanas consecutivas de noviembre desquició los viajes y la vida de miles de usuarios.
Tan solo el 28 de noviembre las líneas siete, ocho, nueve y la B presentaron marcha lenta por la intensa lluvia que azotaba a la Ciudad de México.
Lo mismo ocurrió en estaciones como Polanco, Mixcoac, Guelatao, Pantitlán y qué decir de Hidalgo, que con frecuencia reporta retrasos en las corridas, sobre todo en las llamadas horas pico.
De alguna u otra manera, los más de cinco millones de usuarios que diariamente utilizan el Metro de la Ciudad de México han sido objeto o testigos de alguno de estos incidentes, sin contar los que han sido víctimas de algún delito.
JM