GUADALUPE.- Eran las 10:15 de la mañana cuando la señora Julia Rentería llegó a la parada de camiones, en la antigua carretera a Reynosa frente a la colonia Tres Caminos, en Guadalupe.
Se había enterado de que las rutas dejarían de operar a las 9:00, pero, aun así, con una leve esperanza, decidió salir y caminar más de un kilómetro, hasta la avenida donde suele circular el transporte colectivo.
El motivo lo ameritaba, pues en medio de su difícil situación económica, le acababan de hablar del Salón Polivalente para que recogiera dos bolsas de pañales para su hijo discapacitado.
Más tarde tuvo que regresar a su casa, en la colonia División del Norte, pues el camión, simple y sencillamente, ya no pasó.
Cansada, la mujer de 64 años, afectada por el desgaste de huesos en las rodillas, retornó a su humilde vivienda de la colonia División del Norte.
Ella, como tantos y tantos usuarios del transporte colectivo, reprobó las medidas del Gobierno del Estado, al recortar los horarios de operación de camiones, Metro y Ecovía.
mvls