MONTERREY.- Aunque se conocían de tiempo atrás, hace once años Jennifer y Nadia activistas de la comunidad LGBTTIQ comenzaron a escribir su historia de amor inspirada en la libertad y respeto.
Todo empezó en el 2009, cuando ambas hicieron un clic repentino.
Ninguna creía en el matrimonio, pero el sentimiento creció tanto que decidieron viajar a la Ciudad de México para casarse el 4 de marzo de 2011.
Y aunque querían compartir el momento con familiares y amigos, fue imposible pues en Nuevo León las leyes aún no permitían la unión entre personas del mismo sexo, este fue uno de los muchos obstáculos que han superado.
Pese a que son polos opuestos, ambas se complementan y eso las llevó a tomar una de las decisiones más importantes de sus vidas, convertirse en madres.
Por sus hijas dan la vida y son la motivación para luchar diariamente por sus derechos, actualmente hay mayor apertura a la diversidad sexual pero también mucho por hacer.
Amor es amor y es el sentimiento que mueve a miles de personas en el mundo sin importar la religión, edad o preferencia sexual.
mvls