Brady se sobrepuso a un mal comienzo y guio el domingo a los Patriots de Nueva Inglaterra al inusitado triunfo por 16-3 en casa de los Broncos, que sufrieron un duro golpe en sus aspiraciones de avanzar a la postemporada.
El astro de los Pats erró sus primeros seis envíos apenas por segunda ocasión en su carrera. La primera vez que tuvo ese frío arranque fue el 12 de octubre de 2003, ante los Giants.
Sin embargo, el astro se recuperó para guiar a los Patriots (12-2) a su octavo título divisional en forma consecutiva, un récord. Así, Nueva Inglaterra tiene garantizado el descanso en la primera ronda de la postemporada.
"Esta sensación es maravillosa", dijo Brady.
Se mostró también fascinado por la victoria en Denver, el sitio en que sufrió una dolorosa derrota hace 11 meses, por 20-18, en la final de la Conferencia Americana. En aquel encuentro, fue golpeado en 23 ocasiones.
Esta vez, los Broncos llegaron a Brady sólo en siete ocasiones, la misma cifra que Von Miller tuvo en la final de conferencia. En todo el duelo dominical, Miller no le puso una mano encima a Brady.
"Jugaron estupendo", dijo Brady acerca de su línea ofensiva, que permitió sólo dos capturas y cinco golpes al mariscal de campo. "Acarreamos bien el balón. Fue maravilloso".
Los Broncos, por su parte, vieron muy comprometidas sus aspiraciones de refrendar su título del Super Bowl.
Denver (6-8) cayó por tercera vez en cuatro duelos. Fue desplazado por Miami en el sexto lugar, último que reparte boletos de playoffs en la Conferencia Americana, cuando restan dos semanas para que concluya la campaña regular.