Rescatistas informaron que dos de tres pruebas detectaron signos de vida de una niña que está bajo los escombros del colegio Enrique Rebsamen, en Coapa.
Más de 24 horas han pasado desde que la menor quedó entre los escombros de su escuela en Coapa.
Uno de los rescatistas dijo a medios en la zona del desastre que confirmaron que la menor está con vida, ya que herramientas que emplean muestran calor y movimiento entre los escombros.
"Metimos tres tecnologías: una es la parte térmica, sonora y movimiento. La térmica y movimiento está confirmado, pero la sonora no está confirmado porque hay mucho ruido", dijo mientras otro compañero afirmó que "mueve los dedos".
Señaló que para no arriesgar recursos y personal, van a entrar nuevamente por el boquete de las ruinas y buscarán otro punto para poder rescatar a la niña.
"Volver a entrar para tratar de girar la cámara y ver más el tórax y los brazos", dijo.
Una autoridad que participa en el operativo de rescate dijo que le dieron agua a la niña a través de una manguera.
Las tareas para rescatarlas comenzaron desde esta mañana cuando escucharon ruidos entre los vestigios.
Con las manos, los cuerpos de rescate sacan escombros, grandes piedras y varillas que llegan a los camiones de volteo en cubetas. Todos los trabajos se hacen con mucho cuidado, nada de maquinaria pero con la mayor velocidad posible.
También, los binomios caninos están trabajando. Han sido horas de esfuerzo para encontrar a la pequeña estudiante y a dos mujeres adultas.
En la escuela hay esperanza todavía. Las maniobras de fuerzas federales y rescatistas hacen imaginar una buena noticia. Además de no usar maquinaria pesada, rocían el suelo con agua para que no se levante la tierra, apuntalan partes colapsadas con madera y conectaron ventiladores justo en dirección de la zona de desastre.
Helicópteros del gobierno federal y la policía capitalina sobrevuelan la escuela, los vecinos reparten víveres y piden medicinas en las inmediaciones. Las cubetas, los perros de rescate, las decenas de manos son la esperanza y los largos silencios una tortura.
Introdujeron a un binomio canino por un boquete entre los escombros para detectar la posición y situación en la que estaba la menor.
Los rescatistas, con la señal del puño arriba, pidieron en varias ocasiones silencio a los que estaban alrededor para poder escuchar a la niña atrapada entre las ruinas.
Una cadena humana se formó para comenzar a pasarse cubetas con escombros para liberar la zona donde está atrapada la niña.
En distintas ocasiones, rescatistas entraron por boquetes en escombros para analizar la situación en la que está la pequeña y determinar la mejor forma de sacarla sin generar riesgos para ambos.
Una mujer llegó desde la mañana para pedir que encuentren a su hija de 7 años llamada Mónica "B", quien cursa el segundo grado.