María Felisa Martínez Valerio, de 80 años de edad, vende dulces en la esquina de la calle Madero y Manuel Acuña en el centro de Francisco I. Madero, en Coahuila, y asegura que no festejará el 10 de Mayo porque tiene que trabajar para poder comer.
Cuenta con 7 hijos, 5 hombres y 2 mujeres, de los cuales algunos viven en Torreón y aunque asistirán a visitarla este día, no cuentan con dinero para darle un regalo o festejarla.
“Quien sabe si van a venir los que viven allá en Torreón, pero no hacemos nada, nada más la comida, porque no hay dinero”, comentó.
Menciona que ya hace años que se dedica a vender pero que es difícil debido a que es poca la venta.
“Casi no se vende, no puedo caminar y me duelen las rodillas”, agregó.
Acompañada de uno de sus hijos, quien también vende fruta en la otra esquina, señala que es el que la ayuda para comprar la mercancía y llevarla hasta el lugar donde se pone.
“Es mi hijo el que le trae la mercancía, y me la lleva en la tarde, yo agarro un carrito para irme, porque no puedo caminar”, señaló.
Manifiesta que al día vende 30 o 50 pesos por lo cual no puede dejar de acudir.
“No se vende, hay veces que vendo 40, hay veces que vendo 50, bien poquito y si ya no hay ruta, pago 30 pesos para que me lleve a la casa, no puedo caminar”, expresó.
Desde chica, María Felisa ha tenido que laborar, luego se casó, pero desafortunadamente después de varios años quedó viuda, por lo que tuvo que volver a trabajar para poder comer.
Sus hijas, aunque quisieran apoyar, una vive en Torreón y la que está cerca está enferma.
Este 10 de Mayo, será un día normal para María, pues reiteró que tiene que vender para poder comer.