TEXCOCO. - Investigadores del Imperial College London, encontraron que las niñas y los niños en México, pero sobre todo las niñas, están aumentando su índice de masa corporal (IMC) medio a una de las tasas más elevadas a nivel mundial en los últimos 35 años, esto, luego de comparar datos de 200 países.
Andrea Rodríguez, especialista que analizó los datos de México, dijo que en 1985 las niñas mexicanas de 19 años tenían un IMC medio de 20.7 y ocupaban el puesto 155 entre sus pares. Pero para 2019, había subido a 24.2 y estaba en el puesto 19.
Los niños del mismo grupo de edad siguieron la misma tendencia, aunque de manera mucho menos dramática. Rodríguez dijo que su IMC medio de 22.4 ocupó el puesto 41 en todo el mundo en 1985, pero aumentó a 24.2 y ocupó el puesto 34 en 2019.
La obesidad está generalizada entre niños y adultos mexicanos, y está empeorando, mostraron datos de 2018 del Gobierno.
Mientras tanto, las enfermedades que científicos y funcionarios relacionan con la mala nutrición se han disparado, lo que pone a prueba el sistema de salud de México.
Había 8.6 millones de mexicanos de 20 años o más con diabetes, o el 10.3 por ciento de esa población, de acuerdo con las cifras oficiales de 2018, un aumento de más de un punto porcentual con respecto a seis años antes.
En seis años, el porcentaje de mexicanos de 20 años o más que eran obesos o con sobrepeso aumentó en casi cuatro puntos porcentuales a un 75.2 por ciento; un 39.1 por ciento tenía sobrepeso y el 36.1 por ciento obesidad.
Entre los niños de hasta cuatro años, el 8.2 por ciento tenía sobrepeso. Estas tasas aumentaron abruptamente con la edad: un 35.6 por ciento de los mexicanos entre cinco y 11 años, y un 38.4 por ciento de los que tenían entre 12 y 19 años fueron identificados con sobrepeso.
La obesidad surgió como un problema importante en México después de que un acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá en 1994 hizo que los alimentos baratos y poco saludables estuvieran fácilmente disponibles, en sustitución de su dieta tradicional, señalaron investigadores en un artículo de 2012 publicado en la Revista Internacional de Salud Ocupacional y Ambiental.
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