El Obispo de Torreón, Luis Martín Barraza acudió al Centro de Reinserción Social (Cereso), para oficiar misa y compartir con los presos la Eucaristía en torno al miércoles de ceniza.
Acompañado por laicos que conforman la Pastoral Penitenciaria y el grupo de mujeres del coro y catequistas, Monseñor dijo minutos antes de ingresar al centro penitenciario que en esta consagración se renueva la fe del cristiana y sus formas de relacionarse con dios.
“Lo vamos haciendo como vamos pudiendo en el año, pero ahora se trata de escuchar a Dios sobre el culto que le agrada, que se escucha ahora que no es tan agradable si no va acompañado de misericordia, de caridad y de una sana relación también con el señor”, explicó.
Recordó que el equipo de Pastoral Penitenciaria ha cobijado a los internos en Torreón desde hace 30 años, con actividades al interior del Cereso.
“Hay una capillita adentro, hay visitas, celebraciones, misas cada semana e incluso preparación para los sacramentos para acompañar a los presos”.
Dijo que el miércoles de ceniza apremia a la misericordia de Dios y los creyentes están llamados a tener una vida más plena y a recuperar la imagen de hijos dios.
“A veces se habla del signo del pecado, de la condición humana de fragilidad, débil, pero más que pensar en el protagonismo del pecado es pensar en el amor de dios que nos hace el hijo pródigo pensando en la casa paterna, en la bondad de la casa paterna.
“Es el signo del deseo de conversión, de volver a la casa del padre y a la ge porque necesitamos que nuestra relación con dios sea más auténtica cada vez”, precisó el obispo.