Con el objetivo de encontrar la clave para activar la felicidad de las personas enfocadas en negocios, así como responder al cuestionamiento: "La felicidad está en el camino, no en el destino. Entonces, ¿la felicidad se puede diseñar?", se llevó a cabo la conferencia 'Felicidad + Pasión= Emprendimiento' en la Universidad Iberoamericana Campus León.
Esta conferencia fue organizada por el Parque Tecnológico IberoInnovación con el apoyo de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Educación Superior SICES. La cual tuvo al frente a Raúl Amigo, quien se desempeña como Design Thinker y es conferencista internacional, junto a Roberto Macías, estratega de marketing digital.
“Diseñar una experiencia para una persona en realidad es entender qué le hace feliz. Eso me llevó a entender que las razones de la felicidad son concretas, accionables, son insumo de diseño y por lo tanto podemos pensar que la felicidad es el resultado de algo que se puede prever”, explicó Raúl.
Explicó que actualmente la población está basada en seres digitales y cazadores de historias, cuyas experiencias se van relacionando con las marcas que logren entender en su totalidad los intereses de las personas y lleven a vivir nuevas aventuras. Señaló que esas son las marcas que tienen éxito.
“Vivimos una época con gran desafío porque hemos perdido la privacidad de nuestra propia identidad. Hace 4 años había 2 mil millones de personas conectados a una red social, un cuarto de la población mundial. En enero del 2020 este porcentaje subió al 50%; tan sólo en el último año subió mil millones de personas”.
Por dicha razón es que se ha construido un puente entre el mundo digital y el físico, sobre todo porque habrá que empezar a recuperar el contacto con la vida real que se ha perdido, así como la felicidad. A lo que concluyó que la felicidades sí se puede diseñar.
Para ello, compartió las claves de este hallazgo, las cuales son cinco: Expresar el agradecimiento como una forma de conectar con el otro, el registro de momento presente,el autoconocimiento para aceptarnos y a enamorarnos de nosotros mismos, la felicidad como un proceso que lleva tiempo, plan y constancia, y aprender a lidiar con los problemas.
Concluyó con la siguiente reflexión: "La mejor manera de construir un mundo mejor es hacernos a nosotros mismos mejores personas, y la forma de hacerlo es haciéndonos cargo de nuestra propia construcción de la felicidad".