El panteón forense de El Salto está saturado de cadáveres de personas que, en su mayoría, murieron de forma violenta y que no han sido identificadas.
En 2018, tras la crisis forense que se vivió en Jalisco con la acumulación de cuerpos en dos tráileres refrigerados, el gobierno del estado compró 500 criptas en el panteón de El Salto para depositar los cadáveres.
Debido a la cantidad de homicidios, el campo santo luce repleto. En un recorrido realizado por Telediario Guadalajara, se constató que de los 500 espacios, sólo están disponibles siete, que recientemente se desocuparon tras ser identificados.
De los 493 cuerpos sepultados, sólo 15 están identificados, pero fueron dejados por sus familiares en dicho lugar porque no tienen recursos para inhumarlos en otro panteón.
Entre los retos reconocidos ante el Ministerio Público, esta Juan Carlos Landeros Torres, fallecido el 14 de mayo del 2018. Otra de las víctimas se llama Jesús Leonardo, en su lapida no se especifica su fecha de muerte, pero se presume ocurrió también en 2018.
Para identificar los cuerpos, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses marco cada lápida con un número y una letra. La nueva crisis forense no sólo se refleja en los panteones forenses que lucen saturados, también en la morgue del Área Metropolitana de Guadalajara, la cual, de acuerdo con el Centro de Justicia para la Paz, tiene bajo custodia al menos 6 mil 249 cadáveres no reclamados.