Puebla. Hace 141 años, el Panteón Municipal de Puebla abrió sus puertas para recibir el alma de los fieles difuntos.
En el día de su apertura fungió como la última morada de una niña, María Merced Huerta, quién nació el 30 de abril de 1880 y cinco días después falleció.
Desde ese momento, el camposanto ha alberado a más de 37 mil difuntos. Hoy existen poco más de 300 mausoleos y monumentos históricos que por su arquitectura, propia de los siglos XIX y XX se encuentran protegidos por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El Panteón Municipal de Puebla es el descanso eterno de personajes históricos, familias acaudalas de la Angelópolis de antaño, incluso aquí yacen los restos de aquellos que combatieron en la Batalla de Puebla y la cuna de la Revolución Mexicana.
Los panteones son escenarios de leyendas, mitos y pocas realidades, se dice que se ha visto a una niña merodear por las avenidas y calles del camposanto, que corre, que lleva una muñeca, sin embargo, no olvidemos que la primera moradora era una bebé.