Para la familia Delgado Arenas este día no contará como uno más del 210 aniversario del Grito de Independencia, pues sin televisión y mucho menos celular se perderán de escuchar el acto solemne que se llevará a cabo hoy minutos antes de la media noche.
“No voy a poder ver el grito, porque mi tele está descompuesta y no tiene los canales”, platicó Esmeralda Sánchez.
En un techo improvisado a base de lámina y pedacera es donde vive Esmeralda, su mamá, su abuelita y un hermano. Al recorrer cada metro de su hogar, se notan las carencias, comenzando por la falta de comida, de ahí el gran dilema en saber qué van a cenar en esta noche patria.
“¿Vamos a cenar, qué vamos a cenar? Le preguntó Esmeralda a su mamá. ¿Cenamos como lo de ayer? Cenamos sopa y huevo”, respondió.
Años atrás con lo que alcanzaba preparaban un poco de pozole y solían reunirse en familia, pero saben que en esta ocasión la salud está primero.
“Pasará desapercibido porque antes, cada año hacíamos nuestras comidas mexicanas y la verdad pues ahora no, vamos a pasarla normal”, comentó Margarita Arenas.
Para quien juega el papel de madre y padre no ha sido fácil, con pocos recursos se las deben de ingeniar para que alcance en un hogar donde viven cuatro personas, entre ellos una de la tercera edad y Margarita que padece diabetes y quien teme enfermarse de covid, por eso prefiere quedarse en casa a escuchar el Grito que seguramente hará eco desde el hogar de sus vecinos.
“Hay que seguirle y no dejarse vencer. No hay tele, entonces así nomas, en cuanto se oiga, es que ya lo dieron. Vamos a escuchar el grito de los vecinos, sólo a ellos. Yo sé que todo esto va a pasar y esperemos que ya para el año que venga haga uno lo que le gusta”, relató.
Ni pozole, ni enchiladas habrá en su mesa está noche “a veces hay, a veces no hay, a veces damos una comida al día, porque a veces no se puede”, finalizó.