MONTERREY.- Desde hace más de un año, el Paseo Santa Lucía dejó de ser un atractivo turístico para convertirse en un pantano, por ello los paseantes esperan que con el cambio de la administración el descuido sea cosa del pasado.
En un recorrido que realizó TELEDIARIO, se evidenció que continúa la falta de mantenimiento: agua verde estancada y olores desagradables, además de mosaicos y tuberías cubiertas de lama.Pero ni los más pequeños del hogar son ajenos del mal aspecto de aguas verdes.
Entre las curiosidades se encuentra la siguiente, pues los patos prefieren descansar sobre el corredor antes que sumergirse al agua verde del lago artificial, pese a las altas temperaturas.Los pocos comerciantes que aún se mantienen en la zona, han señalado que esta situación poco abona a la reactivación económica que ellos esperaban.
La tarde del miércoles sólo fue visto un trabajador para los 2.5 kilómetros que comprende el Paseo Santa Lucía, pero solo para retirar envolturas que arrojan los paseantes en escaleras y pasillos.
Hace casi un mes, Artemio Garza, presidente ejecutivo del Consejo del Parque Fundidora, declaró que el aspecto de aguas verdes y con lama llegó para quedarse debido a que forma parte de un programa que busca mantener un ahorro de 13 millones de pesos al año en químicos.
Aunque las actividades al aire libre y la reapertura de atractivos turísticos están permitidos, el Paseo Santa Lucía no ha vuelto a cobrar vida como en otros años.
cog