Durango.- Una silla de ruedas en mal estado, un cubrebocas viejo y bolsas de plástico a su alrededor es lo que caracteriza al señor Pedro Guerrero, un señor que perdió ambas piernas en un accidente, el cual le cambió su vida de ser contratista en obras grandes ahora se dedica a pedir dinero a los peatones que transitan por las calles del centro, siendo esta su nueva forma de ganarse la vida y así conseguir para sus medicamentos que le ayuden a mejorar su estado de salud.
Después de varios años se ha acostumbrado a los malos tratos que recibe al momento de pedir ayuda para abordar una unidad de transporte, a la burla de los peatones, vehículos y sobre todo al mal estado en que se encuentran las calles, asegura que ser una persona con discapacidad es una tarea difícil en estos tiempos, además de ser rechazado hasta por las autoridades.
Sus necesidades van desde una silla de ruedas hasta unas rodilleras que le ayuden a aminorar el dolor que le causa tener que moverse en las escaleras o subirse a los camiones, además de llevar un tratamiento correcto para mejorar su salud