MONTERREY.- Desde los mismos principios de la humanidad, los rituales para invocar la lluvia han ido de la mano con el desarrollo de la cultura. Y aun en estos tiempos, persisten costumbres para pedir el fin de la sequía y en México, algunos de ellos pueden ser sangrientos.
Aún en tiempos modernos las tradiciones se aferran y en México existen dos claros ejemplos. Uno en la región mixteca alta de Oaxaca, donde cada mayo algunas comunidades sacrifican chivos como ofrenda para pedir la presencia de lluvia.
Pero, una violenta costumbre aun predomina en Zitlala, estado de Guerrero. Se trata de la danza de los tigres, o pelea de tigres en el centro del estado, en las comunidades de Acatlán y Zitlala son realizados combates a latigazos que muchas veces llegan a la sangre.
Entre el 2 y el cinco de mayo, en el marco de la fiesta de la santa cruz, son realizados estos combates donde los protagonistas salen ataviados con máscaras de jaguares y se enfrascan en una lucha a golpes con un chicote.
Hay ocasiones que los contendientes pelean en medio de la multitud, en una verdadera pelea callejera y en algunas ocasiones los mirones alcanzan uno que otro latigazo. Pero hay otros, donde el sitio del combate se delimita con malla ciclónica y sólo se encuentran adentro, los tigres luchadores y los réferis que se encargan de determinar quién fue el ganador.
En estas luchas, dice la tradición, mientras más sangre haya, será mejor la abundancia de lluvia y las cosechas.
mvls