Al pintar la pared, montado en un andamio a ocho metros de altura, la persona que utilizaba un rodillo con tubo metálico, hizo contacto con cables de energía eléctrica y recibió una descarga que le hizo perder el equilibrio y precipitarse al piso, resultando con graves lesiones que posteriormente ocasionaron su muerte en el Hospital donde convalecía.
El infortunado que contaba con 31 años de edad, fue contratado para pintar una finca del fraccionamiento Jardines en la ciudad de Durango, donde por desgracia sufrió el accidente que terminó con su vida horas después por graves contusiones y fracturas en diferentes partes del cuerpo.
Del deceso tomó conocimiento personal del departamento de medicina forense y el agente investigador del Ministerio Público, que ordenaron el traslado del cuerpo a la morgue para la necropsia de rigor donde el médico legista determinó como causa de muerte, un conjunto de traumatismos.