Una bala truncó la vida de Anahí, de 20 años de edad, vecina de la colonia Lomas de Polanco, en Guadalajara. Era estilista y trabajaba para establecer una barbería. Entre sus planes próximos estaba estudiar la Licenciatura en Criminalística.
“Me decía ‘apá, yo cuando trabaje por mi cuenta, voy a ponerme a estudiar y a mí me gusta criminología y balística’. Ella siempre me dijo eso”, expresó Arnulfo González Ángel, padre de Anahí.
El pasado 15 de junio, la joven acompañó a la familia de su novio Ray al hospital, después de que comenzó a convulsionarse. Cuando circulaban por avenida Colón, una patrulla de Guadalajara les disparó, a la altura de Natividad Macías, en la colonia Anexo 18 de Marzo. “No les pitó. Ni siquiera ‘oríllate’. Los vidrios del vehículo estaban abajo. La unidad se emparejó”, sostuvo su tía Susana González.
La unidad quedó atrás, como custodiando el auto conducido por Daniel. “Entonces, se sueltan los disparos y la mamá de Ray grita ‘¡nos están disparando!’, y se agacharon. Al momento que se agachan, sueltan el segundo balazo, fue cuando le pegaron a mi sobrina”, dijo. Su padre fue al lugar del accidente.
Por más que les dijo a los oficiales que ahí viajaba su hija, no obtuvo respuesta. Un reportero se acercó y le comentó que la joven había sido trasladada a la Cruz Verde Leonardo Oliva. Al llegar, “la agarré, mi hija todavía respiraba”. Una enfermera le dijo que un médico le informaría sobre el estado de salud: “Tu hija recibió un impacto de bala en la cabeza, en el cráneo. Tu niña en cualquier momento va a morir”.
A los diez minutos, fue así. Ahora, el señor busca justicia y limpiar el nombre de su hija. La Comisaría de Guadalajara dice que Anahí empuñaba un arma y que el conductor del vehículo no se detuvo cuando le marcó el alto. Cuentan que hallaron armas de utilería. “Están aferrados en que ellos llevaban armas. Yo sostengo que fueron sembradas. Mi hija no andaba en nada de eso. No se vale que digan ‘es una delincuente’”, reprochó María del Carmen López de la Torre, madre de Anahí.
Un tatuaje que tenía la joven en uno de sus brazos también ha sido motivo para criminalizarla. “Yo estuve 20 años con mi hija y uno sabe la lucha que ha tenido con sus hijos para formarlos como para que nomás de buenas a primeras, aparte de que le arrebatan la vida, la discriminen de esa manera”, lamentó la señora.
La familia de Anahí presentará una queja ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos. “Voy hacer lo que es justo, lo que es. A mi hija ya no me la devuelve nadie, pero que sepan que no están actuando bien los de la ley. Se supone que deben de protegernos y vea lo qué pasa”, indicó Arnulfo.
Los cuatro policías inmiscuidos en el caso “están en su base, desarmados y sin patrullajes”, mientras se deslindan responsabilidades. Anahí siempre le recordaba a su padre: “Tú me has enseñado que hiciera un poder de palo”, que quiere decir que las personas tienen que salir adelante con lo que la vida les da. Hoy, ese consejo no alivia el dolor de su familia.