Luego del desborde del río en Acatlán de Juárez causado por la fuerte tormenta de este miércoles, la localidad de Miravalle, en el mismo municipio, también sufrió inundaciones que estuvieron a punto de provocar pérdidas humanas, pero la cabecera municipal se llevó toda la atención de las autoridades.
Aunque fue la primera zona habitada que recibió la furia del río, Miravalle fue la última en ser atendida.
"Nadie vino, hasta la noche vinieron tres muchachos o cuatro que venían de Protección [Civil], entonces dije ‘pues nadie se preocupa por nosotros’, somos los primeros que estamos aquí y nadie vino", expresó María de Lourdes, habitante de la localidad afectada por la crecida.
El presidente municipal de Acatlán de Juárez, Gerardo Uvaldo Ochoa, argumentó que la atención a los habitantes de esta localidad fue tardía porque en la cabecera había personas en riesgo.
"Miravalle es la parte más alta de nuestro municipio, por ahí hubo viviendas la verdad afectadas pero toda el agua llegó hacía la parte baja donde estaba la gente haciendo olitas. Tuvimos que atender como prioridad lo que estaba más crítico y grave porque cruzó el torrencial por casas", justificó.
La casa de María de Lourdes es la primera de la zona, por ende, la primera en recibir el golpe del agua. La pared perimetral destruida evidencia la fuerza de choque del río. Una vez que el agua ingresó a su casa, arrasó con todo a su paso, desde la plantación de maíz que había en el patio hasta las gallinas de engorda.
"Yo estaba a punto de tomar el camión pero yo vi que se estaba desbordando el río y me devolví a decirle a mi hija que se saliera y ella me decía ‘no, porque las gallinas se me van a morir’, y yo le decía ‘importan más ustedes’", narró la mujer.
El agua y los escombros no solo dañaron el patio de su casa. Los muebles de la cocina y el comedor se mojaron, lo único que pudo salvarse es la estufa.
En 2005, el río de Acatlán se desbordó pero no causó afectaciones en Miravalle; según sus habitantes se debió a que antes había un pequeño muro de piedra que impedía el paso del agua hacía las casas, pero ese muro fue derribado hace unos meses cuando rehabilitaron la carretera libre a Colima, la cual se encuentra a unos metros de la localidad.
La casa de María fue de las más afectadas, y aunque las pérdidas materiales son muchas, su mayor preocupación es que el río vuelva a desbordarse.
CGE