En León existen muchas leyendas, una de ellas es la leyenda de los Pozos del Fraile, lugar que ha transcendido a través de los años, convirtiéndose en un monumento histórico en el municipio.
Cuántas ocasiones has circulado por aquí y quizás sin saber que es, ni la historia que hay detrás de estos monumentos tan emblemáticos de la ciudad.
Cuenta la leyenda que en tiempos de la colonización de los españoles en la Villa de León, en el año 1586 existía un fraile llamado Juan de Cuenca y Virúles, el cual era una persona dedicada a la caridad. De aspecto bondadoso, el fraile buscaba apaciguar a los chichimecas que reclamaban sus tierras.
Un día, cuando salió de su refugio en búsqueda de algunas personas de su confianza, unos bárbaros salieron de su escondite para atacarlo. En ese momento, lo bárbaros le lanzaron flechas que lo hirieron a gravedad, provocando casi de inmediato su muerte.
Uno de ellos, el más sanguinario, se acercó al cuerpo inerte y con un objeto retiró los ojos azules del rostro de aquel fraile lanzándolos lo más lejos de su propietario; luego cargó el cuerpo en hombros para dirigirse a las orillas de la Villa de León y abandonarlo en ese lugar.
Cuando regresó en búsqueda de aquellos ojos azules que había abandonado, se encontró con dos hilos de agua en donde habían estado los ojos, él asustado, empezó a escarbar encontrando un manantial de agua.
En el momento que los ciudadanos de la Villa se percataron de aquél suceso, construyeron dos pozos que inmediatamente se denominaron "Los Pozos del Fraile", en los cuales al pasar los años, aumentó el caudal de agua.
Este histórico monumento está ubicado en la colonia Industrial en León Guanajuato.