Emblemáticas construcciones, como el puente de San José, cuentan la historia y desarrollo del municipio, convirtiéndose en auténticas obras que forman parte del patrimonio de los irapuatenses.
Dulce Vázquez Mendiola, directora del Archivo Histórico Municipal destacó que obras arquitectónicas como este puente, fueron construidas por mano de obra local, en base a las principales necesidades de la ciudadanía.
Al igual que el puente de Guadalupe, el de San José fue diseñado y construido por el arquitecto, Nicolás Luna, con recursos de la Administración Local, para evitar que los habitantes quedaran incomunicados.
“Este puente de San José nos evoca al pasado de Irapuato, fue el testigo de ese paso del antiguo río, que era el río Silao y estaba dentro de la ciudad, antes de que se comenzaran las obras de urbanización y el origen del bulevar Días Ordaz”, detalló.
Se reemplazó el puente de madera por uno con base de piedra, y se logró facilitar el traslado de la población, con el antiguo Camino Real de Irapuato, hoy, el bulevar a Arandas.
El puente de San José, cuenta con tres arcos en la parte inferior y dos contrafuertes, se construyó en un lapso de entre dos y cinco años a base de piedra, lo que permitió su conservación hasta nuestra actualidad.
De acuerdo a datos encontrados en el Archivo Histórico, con la construcción de la carretera Panamericana, dejó de utilizarse a partir de 1950, y se integró con el paso del tiempo a la mancha urbana.
El puente se ubica entre las calles Reforma, Escuela Médico Militar y Guerrero, fue construido en la tercera década del siglo XIX.