MONTERREY.- Aunque su trabajo es dar masajes relajantes, ahora el estrés es para Gerardo López, un quiropráctico que desde hace 15 años labora en mercados rodantes, pero por la pandemia la demanda de sus servicios se ha reducido hasta en un 50 por ciento.
Incluso, al tratarse de un trabajo de contacto físico, tuvo que dejar de instalarse por casi cuatro meses, en los que se dedicó a repartir comida de aplicaciones móviles.
Además, al no ser una actividad de primera necesidad, ya no puede acudir a los mercados los fines de semana, debido a las restricciones de las autoridades estatales debido al incremento de casos de Covid-19.
Gerardo aseguró que trabajan con todas las medidas sanitarias para brindar confianza y seguridad a sus clientes.
El quiropráctico espera que durante las siguientes semanas incremente su trabajo, pues él es el sustento de su esposa y sus dos hijos.
ard