CIUDAD DE MÉXICO.- La Jornada Nacional de Sana Distancia concluyó el 30 de mayo cuando el país vivía una inercia ascendente en el exceso de muertes y que tocó su punto máximo a mediados de julio cuando murieron más de 26 mil personas.
Según el Boletín Estadístico de la Secretaría de Salud sobre el exceso de mortalidad durante la emergencia por covid-19, en la semana epidemiológica 22, que va del 24 al 30 de mayo, se contabilizaron 22 mil 921 muertes por todas las causas, que ya significaban un exceso de mortalidad de 69.2 por ciento respecto al promedio de decesos registrados durante los cuatro años anteriores.
A pesar de que las cifras mostraban un incremento sostenido de los contagios, la reapertura económica y el regreso a la nueva normalidad llegaron en la semana siguiente (30 de mayo al 6 de junio) y en dicho lapso el exceso de fallecimientos se ubicó en 77.3 por ciento.
En su conferencia vespertina del 3 junio pasado, cuatro días después del desconfinamiento, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, pidió a la población permanecer en casa y recordó que, pese a la culminación del confinamiento, el país se encontraba en un periodo de máximo riesgo de contagio.
“Llamo a respetar las indicaciones de las autoridades estatales. El país sigue en semáforo rojo; existe el máximo riesgo de contagio si se sale. Pedimos hacerlo solo cuando sea necesario y que no abran sitios de trabajo no esenciales”, señaló.
A pesar de los llamados, el desarrollo de la epidemia en México mantuvo su línea ascendente hasta alcanzar su nivel máximo entre el 12 y 18 de julio (semana epidemiológica 29) cuando fallecieron 26 mil 369 personas que representaban un incremento de 103.2 por ciento respecto al promedio registrado en años anteriores.
El gobierno federal expuso que, de las 13 mil 392 muertes excedentes, solo 4 mil 585 casos eran atribuibles al covid-19, mientras que los 8 mil 807 restantes pueden estar directa o indirectamente relacionados con la epidemia.
El 11 de julio, López-Gatell volvió a lanzar un mensaje de preocupación a los gobiernos estatales sobre un repunte de la epidemia ante el impacto de un desconfinamiento y reactivación de actividades económicas y sociales muy acelerado y aclaró que los estados y municipios debían asegurar el cumplimiento de las medidas de prevención.
Hoy en algunas zonas del país se observa un repunte en contagios, que coincide con el relajamiento del distanciamiento y la llegada del invierno, la cual propicia enfermedades respiratorias.
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CIUDAD DE MÉXICO.- La Jornada Nacional de Sana Distancia concluyó el 30 de mayo cuando el país vivía una inercia ascendente en el exceso de muertes y que tocó su punto máximo a mediados de julio cuando murieron más de 26 mil personas.
Según el Boletín Estadístico de la Secretaría de Salud sobre el exceso de mortalidad durante la emergencia por covid-19, en la semana epidemiológica 22, que va del 24 al 30 de mayo, se contabilizaron 22 mil 921 muertes por todas las causas, que ya significaban un exceso de mortalidad de 69.2 por ciento respecto al promedio de decesos registrados durante los cuatro años anteriores.
A pesar de que las cifras mostraban un incremento sostenido de los contagios, la reapertura económica y el regreso a la nueva normalidad llegaron en la semana siguiente (30 de mayo al 6 de junio) y en dicho lapso el exceso de fallecimientos se ubicó en 77.3 por ciento.
En su conferencia vespertina del 3 junio pasado, cuatro días después del desconfinamiento, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, pidió a la población permanecer en casa y recordó que, pese a la culminación del confinamiento, el país se encontraba en un periodo de máximo riesgo de contagio.
“Llamo a respetar las indicaciones de las autoridades estatales. El país sigue en semáforo rojo; existe el máximo riesgo de contagio si se sale. Pedimos hacerlo solo cuando sea necesario y que no abran sitios de trabajo no esenciales”, señaló.
A pesar de los llamados, el desarrollo de la epidemia en México mantuvo su línea ascendente hasta alcanzar su nivel máximo entre el 12 y 18 de julio (semana epidemiológica 29) cuando fallecieron 26 mil 369 personas que representaban un incremento de 103.2 por ciento respecto al promedio registrado en años anteriores.
El gobierno federal expuso que, de las 13 mil 392 muertes excedentes, solo 4 mil 585 casos eran atribuibles al covid-19, mientras que los 8 mil 807 restantes pueden estar directa o indirectamente relacionados con la epidemia.
El 11 de julio, López-Gatell volvió a lanzar un mensaje de preocupación a los gobiernos estatales sobre un repunte de la epidemia ante el impacto de un desconfinamiento y reactivación de actividades económicas y sociales muy acelerado y aclaró que los estados y municipios debían asegurar el cumplimiento de las medidas de prevención.
Hoy en algunas zonas del país se observa un repunte en contagios, que coincide con el relajamiento del distanciamiento y la llegada del invierno, la cual propicia enfermedades respiratorias.
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