Aunque “perdieron la guerra” contra la determinación del presidente Andrés Manuel López Obrador de reducir el presupuesto y disminuir la edad de ingreso –ahora solo atenderán a menores de uno y dos años–, las representantes de las estancias infantiles presentarán quejas ante las comisiones de derechos humanos nacionales e internacionales por llamarlas “corruptas” sin pruebas.
María de los Ángeles Hernández González explicó que legisladores de Morena y de Partido del Trabajo las atacaron, injustamente, llamándolas “corruptas”, de obedecer a “intereses de partidos”, afectando su integridad como mujeres, cuando lo único que solicitaron fue convocar a las autoridades a evitar esa reducción de 50 por ciento del presupuesto, al pasar de 4 mil 70.26 millones de pesos en 2018 a 2 mil 41. 62 millones de pesos en 2019.
“Nosotros empezamos una lucha en defensa del interés superior de los derechos de los niños, tener certeza jurídica en las reglas de operación, que no se redujera la edad y el pago del mes adeudado (más de 311 mil 500 pesos a escala nacional), pero por las declaraciones del Presidente ellos decidieron convertir nuestras demandas en una guerra lanzándonos acusaciones difamatorias que hasta el momento no se nos han demostrado”, dijo Hernández González.
Por ello, al ser tratadas como criminales, abundó, interpondrán quejas antes las comisiones de derechos humanos y llegarán a instancias internacionales por violencia de género, ya que muchas de las representantes son madres de familia, gente que mantiene su hogar y trabaja brindando un servicio.
“Hubo gritos, mucha misoginia, nos atacaron sin consideración y sin pruebas. La ONU nos dio un reconocimiento por ser de las mejores instituciones en el cuidado de los menores en México”, recordó.
“Ellos no nos conocen, el PT nos abrió las puertas para participar en un foro y ahí nos hizo un montaje en el que de nuevo se nos acusó de corruptas”.
Y recordó que María Guadalupe Rodríguez, esposa del petista Alberto Anaya, fue acusada de abrir una gran cantidad de centros infantiles sin lineamientos claros y ahí no pasó nada.
Los niños, dijo, regresarán a ser cuidados por sus abuelos, lo cual no es que sea malo, sino que ellos deben también ser cuidados, sumado a ello el hecho de que no aprenderán lo que se enseña en las estancias.