A una semana de cumplirse dos años del sismo que sacudió la Cuidad de México, socorristas que participaron como apoyo en las zonas afectadas narraron para Telediario su experiencia y cómo este suceso impactó sus vidas y su labor como paramédicos.
Juan Jaime Zaragoza fue el leonés que encabezo el equipo de 8 socorristas que viajaron el 19 de Septiembre del 2017 a la capital del país para apoyar en el rescate de personas de entre los escombros.
Zaragoza compartió que a pesar de ser una experiencia muy fuerte y difícil, volvería a ir a ofrecer su ayuda a la gente afectada, pues ser paramédico es su vocación y considera que esta vez estaría más preparado.
“Si, si volvería a ir, iría más fortalecido, tanto anímica como física mente, ya iríamos más preparados, aunque cada situación es diferente ya iríamos mas consientes de lo que vamos a hacer, mas humanizados”, comentó.
La incertidumbre fue uno de los sentimientos que invadieron a los rescatistas al momento de emprender su viaje. Dejaron a su familia y sus pertenecías aquí sin saber si regresarían, sin embargo sus ganas de ayudar fueron mayores.
“Se siente un poco de todo, sentimientos encontrados, tu sabes que sales, dejas a tu familia, dejas todo y no sabes cuándo vas a regresar, yo les comenté a mis compañeros que íbamos a ir a una situación donde íbamos a dejar el entrenamiento, ya teníamos que enfrentar a la realidad, ya no íbamos a simular, les dije hay que intentar ayudar a las personas lo mejor que podamos y vamos a ponernos a disposición de la gente”, señaló.
Zaragoza compartió que hasta que estaba en las zonas afectadas comenzó a dimensionar la gravedad de la situación y se dio cuenta que los simulacros no se asemejaban a la magnitud de la tragedia, como cabeza del equipo intento motivar y tranquilizar a sus compañeros para brindar una mejor atención a quienes lo necesitaran.
“Empiezas a dimensionar todo y dices: ¡ah caray! esto no es lo que yo esperaba encontrar, ves escenarios simulados y nada que ver con la realidad y más que todo esa sensación de impotencia de no saber qué hacer, te ves pequeño y ves a la gente y el sufrimiento y eso te pega pero aun así tienes que ver cómo le vas a hacer para que todo salga bien”.
Los paramédicos expresaron que este suceso marcó sus vidas, pues ver a tanta gente afectada, una ciudad destruida y caos en las calles los impactó, pese a lo que se enfrentaban y al miedo o impotencia que sentían siguieron adelante, regresando a salvo a sus hogares, obteniendo esto como una de las pruebas más duras de su vocación.