Los servicios funerarios incrementaron 130% en el último mes en Lagos de Moreno. En las capillas de velación Muñoz, todos los días, en promedio se atienden siete cadáveres, la mayoría de personas que murieron por covid-19. Los cuerpos son llevados a León, Guanajuato, para ser cremados.
"Hemos duplicado el trabajo, se nos duplicó lo que fue el mes de enero, casi nosotros llevamos un conteo y eran en promedio 90 a 94 de funciones el año pasado en el mismo lapso de tiempo, y el mes pasado lo cerramos con 230 defunciones", comentó Leonardo Muñoz, gerente de la agencia funeraria Muñoz.
La funeraria es un negocio familiar, trabajan cuatro primos y tres personas más que fueron contratadas.
Cremar un cuerpo tarda en promedio tres horas. Los empleados utilizan, para manipularlos, trajes aislantes, lentes, botas y rocían el cuerpo con un desinfectante. El cadáver va envuelto en dos bolsas negras.
Los empleados están agobiados por tanto trabajo.
"Estamos cansados de que son cinco seis horas de lo que puedes dormir, cuando son del hospital ya hemos puesto de acuerdo para que en las madrugadas nos entreguen cuerpos de covid, pero si fallecen en su casa es a la hora que te hable, párate de dos o tres de la mañana y vete, entonces sí es cansado y fastidiado pero alguien lo tiene que hacer", señaló el gerente.
Leonardo Muñoz puntualizó que en Lagos de Moreno la enfermedad ha cobrado la vida de personas adultas, jóvenes y niños. Hace unas semanas cremaron el cuerpo de un bebé de 3 meses de nacido, que falleció por el virus tras haber sido contagiado por su abuelo. También han muerto familias completas, así como amigos y conocidos.
En la funeraria Muñoz solo se velan cuerpos de personas no fallecidas por covid, los familiares tienen que presentar una prueba negativa de coronavirus del occiso, de lo contrario el cuerpo se tiene que cremar.
CGE