CIUDAD DE MÉXICO.- Hace tres años consiguió su primer empleo formal como ayudante de campo en la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco, pero hace una semana fue despedida.
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Es habitante de San Salvador Atenco y se quedó sin trabajo desde la cancelación de la terminal, que ahora será en Santa Lucía.
Tenía ilusiones con su nuevo trabajo, pues con 2 mil 600 pesos quincenales podía cubrir las necesidades básicas y de su hijo Noe Rosas.
La falta de trabajo le duele, pues también apoyaba a sus dos padres, ambos con diabetes.
Tanto ella como su madre buscan un ingreso y piden al presidente que genere nuevas fuentes de ingreso en Atenco.
Las historias de Blanca y María Elena, son solo algunas de las muchas historias que se escriben en San Salvador Atenco, por la misma situación.
IWHL